jueves, 7 de enero de 2016

Entre Líneas (Parte 2)

"Mi nombre es Roman Bleach, General del cuerpo de ejército Runnie de Westland, al oeste del honorable Estado de Mindsrole. Algunos de ustedes ya me han visto en el frente. Tú, por ejemplo, el bizco (lo recordaba perfectamente porque, si bien bizco, también veloz) . Por diversos motivos que a ustedes no les conciernen, he sido desterrado del Cuerpo principal del ejército y reemplazado por el idiota engreído de Fowler, uno al cual nunca vieron debido a que nunca llegaron a los cuarteles principales.

Las miradas mostraban tanto desconcierto como agradecimiento de seguir vivo en manos de quien se supone encargado de liquidarlos.

"Con todas las presiones de los oligarcas de sus compatriotas, Mindsrole está debilitándose de a poco. No solo es la molestia que le causan a la Nación, si no también la cantidad de exilios registrados de gente cansada de no dejarse llevar por sus caprichos. Ha de ser este, entonces, el momento perfecto para mi venganza. Pero no estaré solo. Toda esta gente que ustedes ven por estos pastizales es gente que viene conmigo, tanto del cuerpo como gente que, voluntariamente, se consiguió tierras por aquí cerca para estar más cerca y ayudar en lo que se necesite.
Ahora bien, si les interesa seguir vivos y servir para algo con lo poco de dignidad y energía que les queda, mi propuesta es esta: Ayúdenme a concretar un espacio de subversión para concretar ese objetivo que sus naciones tanto desean con esta infame guerra"

El consenso fue rápido y sin lugar a diferencias, aunque el tiempo de seguir con vida no solo fue aprovechado mediante la "ayudita" para los ex tripulantes del Glory III, si no también para recalcar la hipocrecía de alguien en quien nunca creyeron que la verían: Un mindsrolense.

12 de julio, 11:45 a.m.

"ATENCIÓN ACCESO OESTE, TODOS SALUDANDO AL GENERAL RUNNIE, ROMAN BLEACH!" rezaba el megáfono a cuya orden todos los que estaban cerca del acceso Oeste de Mindsrole capital obedecían alegres. Vitoreos, saludos simpáticos varios, deseos de que volviese su conducción al ejército.

En un momento dado, todo el cuerpo se detuvo, copando la Avenida Doubet. La gente, ya pacífica, esperaba algún discurso, algún mensaje, algo que hubiese ocasionado la detención. Pero ninguno se esperó lo que ocurrió después.

En medio del silencio, se escucharon galopes furiosos, cada vez más intensificados. El resto del cuerpo mas los "New Glory" iban a toda marcha a avanzar contra la ciudad, y a comenzar la cacería.

Segundos fatales para algunos, trances temporarios para otros, pero para todos momentos de máximo desconcierto, desesperación y decepción total: Mindsrole volvía a caer en manos de intereses violentos y atroces.

A toda marcha, los subversivos se fueron adentrando en la capital, siempre acercándose para el lado del Cuartel Principal. Aunque uno de ellos no terminó allí, precisamente. Roman descubrió en uno de los cruces a la mujer de Fowler, con sus dos hijos, y cuando la vio, no lo dudó ni un segundo.

Alerta Roja en el Cuartel, y todos a pura marcha! se abrieron todas las puertas, se corrieron muchos metros en función de una simple orden: aniquilar a los subversivos de la manera que fuera. Fowler, tanto como los suyos, viajaba cada metro rogando que no se hubiesen acercado al centro cívico, tan caótico como el Oeste en un principio, donde su esposa se encontraba haciendo compras matutinas.

Una salvaje intrusión. Un aberrante llamado al deshonor y a la alteración de valores de múltiples células corporales viajando a traves de los fluidos. Desesperación total. Un vil pinchazo de dolor incontenible. Esto fue lo que sintio Roman microsegundos después de ver a la mujer de Fowler. Porque primero rendir cuentas al honor y sus súbditos. Colin acertó en un disparo de impresionante calidad por ser el primero y único, pero cayó víctima de otro.

Van Basten dio la orden mas ideal para aquellos momentos: Todos los soldados a bordo de los navíos, a la ciudad a toda prisa, pues no parecían pocos desde la impresionante vista de la casa de Gobierno aquellos que venían a perturbar con sus miserias internas.

Cayó con todo el peso de su cuerpo al pavimento, lo cual era aquello que Colin pensó que sería lo último que verían sus ojos. Su agonía pedía a gritos detenerse, y él no podría resistir mucho en un suelo pisado por decenas de huellas minuto a minuto. Pero, astuto como un zorro, Martin vino al rescate y se lo llevó a la guardia del Cuartel haciendo caminos destruidos pero ya despoblados.

Refugiado en un callejón, herido de bala pero mucho más de alma, Roman descansaba sentado en el piso. Una actitud sumamente egoísta ya liberaba a su estúpida consciencia de toda culpa, pues él había sido toda su vida así, si por algo llegó a atacar a su propia nación.
Ya avanzados en la defensa, en gran parte también por la pérdida de vista de su líder por parte de los subversivos, los soldados Mindsrolenses volvían a sentirse iluminados por el sol que aquel día irradiaba y que por momentos pareció esconderse tras las nubes mientras ellos luchaban por hacerlo volver a hacerse ver. Fowler se topo a su mujer y, aliviado como nunca se sintió en sus 46 años de vida, le dio un beso que, por momentos, dio sensación a ambos participantes de un temblor digno de un terremoto. Luego de contarle el micromomento ocurrido, Amy rompió a llorar en hombros de su marido, quien logro suponer rapidamente dónde estaba el "desaparecido" y ponerlo tras gigantes muros alambrados.

En el juicio, no hubo orgullo ni egoísmo que valiese. Ni hasta al más flexible y justo de los Mindrolenses se le hubiese ocurrido perdonar a semejante idiota. Roman Bleach pasó el resto de sus días encerrado y reducido al nivel de los delincuentes que lo rodeaban, dentro de los cuales no había uno que le tuviese el más mínimo respeto. Pues así es como les termina yendo a las hormigas que se creen elefantes que pueden pisar fuerte. El daño que dejó con su traición fue irreparable, pues ya nadie pudo confiar en que, dentro de la gente que cruzaba su mirada, no hubiera alguien que tuviese algo que esconder entre las líneas de su discurso de cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario